Todos los países del mundo están
delimitados por una línea imaginaria o
real denominada frontera. Esta representa el término del ejercicio de la
soberanía en una determinada región y su
espacio geográfico, pueden darse en el área terrestre, aérea y marítima. En el
caso venezolano, dispone de las tres.
Nuestra nación se encuentra rodeada, en su zona norte, por el Mar Caribe, por lo cual comparte importantes espacios con muchos países, con distintas culturas, políticas y modelos económicos. Como puede pasar con cualquier vecino, que no piensa ni actúa igual a nosotros hay problemas, pero también oportunidades de obtener grandes beneficios en materia de cooperación.
Durante mi investigación, que
estuvo enfocada en las fronteras marítimas de Venezuela con República Dominicana
y Francia, logré recabar una serie de elementos que demuestran los múltiples beneficios
que puede alcanzar nuestro país en el plano económico y cultural. No es un
secreto la difícil crisis que atraviesa el Estado venezolano, por eso es
oportuno trabajar en áreas de cooperación bilateral, aprovechando los
privilegios que nos brindan dichas fronteras. Desarrollo del sector turístico,
facilidades para la exportación y el transporte marítimo de materias primas
hacia otras naciones, son algunas de las muchas oportunidades que antes
mencione, y que ayudarían significativamente a la recuperación económica del
país.
También es necesario hablar acerca de los factores contraproducentes
que existen por el hecho de compartir estas zonas marítimas, aclarando primero
que, estos problemas no son exclusivos
de estos tres países, sino que son elementos que se repiten en otras fronteras
del país. Estos son: el contrabando y narcotráfico, las diferencias de idiomas,
de sistemas políticos, de modelos económicos, y la posibilidad siempre latente
de irrespetar los límites fronterizos establecidos en tratados internacionales,
que podrían traer como consecuencia conflictos bélicos entre las naciones
afectadas para defender su respectiva soberanía.
En conclusión, existen tanto
ventajas como desventajas, sin embargo me parece, que son más las oportunidades
que se presentan por compartir espacios con otros países. Históricamente
Venezuela ha sido una sociedad abierta a nuevas culturas, y a la inversión
extranjera, por lo que no le sería tan difícil el proceso de adaptación. Y con
respecto a las amenazas que conlleva mantener abiertas estas fronteras, es
necesaria la cooperación de todas las partes para combatir estos males. Sin
duda se gana mucho más de lo que se puede perder. Las fronteras son necesarias
para establecer el límite de nuestros derechos y el alcance de nuestros deberes
como nación, pero esto no debe ser excusa para cerrarnos a nuevas oportunidades
de crecimiento como sociedad.